domingo, 17 de junio de 2012

SOBRE LA CULTURA DE LA CORRUPCIÓN

El sistema era así. Todos hemos pecado.
Bettino Craxi

Yo pensaba que se trataba de un servicio normal y corriente. Pero me dijo que
eran cinco millones de dólares.
Monzer Al Kassar


El estudio del fenómeno de la corrupción ha sólido (y suele) ser enfocado
desde dos perspectivas que dificultan su comprensión y condicionan su precisión
conceptual. Una de ellas es la que podría ser llamada la "perspectiva de la
modernización": la corrupción sería un fenómeno propio de regímenes políticos
no evolucionados, es decir, que cuanto mayor sea el grado de desarrollo o de
modernización de una sociedad política, tanto menor habrá de ser el grado de
corrupción. Max Weber había ya sostenido la tesis según la cual
El dominio universal de la absoluta inescrupulosidad en la búsqueda de
intereses egoístas para hacer dinero ha sido precisamente un rasgo muy
específico de aquellos países cuyo desarrollo capitalista burgués ha
permanecido rezagado de acuerdo con las pautas del desarrollo occidental.






La siguiente cita de John T. Noonan, Jr. puede ilustrar la segunda alternativa:
El soborno es una vergüenza universal. No hay un país en el mundo que no
considere al soborno como un delito en sus textos jurídicos. Existen algunas
leyes, como las que tratan del juego, que son violadas constantemente sin
ninguna sensación especial de vergüenza afín al delito. La ley sobre el soborno
no está entre ellas. (...) La vergüenza y la hipocresía en el uso del lenguaje son
el tributo del vicio a la virtud. La vergüenza puede ser condicionada
culturalmente. La vergüenza tan intensa y tan general es el reconocimiento de
que hay algo objetable en la conducta que va más allá de lo descortés y
puramente legal. La vergüenza no la establece en forma concluyente, pero sí
señala la naturaleza moral de la cuestión.

La perspectiva de la moralidad impide ver la diferencia que puede existir entre
la violación de un sistema normativo positivo y la del sistema de una moral con
pretensiones de universalidad como la que parece sustentar Noonan. No
alcanzo a comprender cuál pudiera ser la "vergüenza" que pueda haber sentido
Oskar Schindler al sobornar a los jefes de un campo de concentración nazi y
salvar así la vida de no pocos prisioneros judíos.
En lo que sigue, habré de prescindir totalmente de la perspectiva de la
modernización y, al menos inicialmente, de la de la moralidad.
1. El concepto de corrupción está lógicamente vinculado con el de sistema
normativo. No es posible hablar de corrupción sin hacer referencia
simultáneamente al marco normativo dentro del cual se produce el acto o la
actividad calificada de corrupta.

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